Dos libros muy recomendables en su lectura dado que analizan temas complejos pero son muy amenos y claros en sus exposiciones.
Si bien no trabajan exactamente los mismos temas tienen puntos de relación; uno de ellos: el avance de las nuevas derechas extremas en contextos democráticos. Otro: la debilidad institucional y el descreimiento creciente sobre los sistemas democráticos actuales en diversos países tanto de los considerados "del Primer Mundo" como de los países en desarrollo.
En Las crisis de la democracia, Adam Przeworski (filósofo y sociólogo polaco), se pregunta qué significa estar en crisis, qué es una democracia y, a partir de allí, analiza diversos casos de América Latina, Estados Unidos y Europa para tratar de dar cuenta de cuáles son las condiciones que generan que los sistemas democráticos entren en crisis o, y aquí es dónde puede pensarse una relación estrecha con el texto de Stefanoni, cómo este tipo de construcciones contienen en su interior formas políticas anti-democráticas que pueden acceder al poder de manera democrática.
Adam Przeworski demuestra con datos estadísticos cómo influyen las condiciones económicas, sociales y culturales en el avance de la desconfianza ciudadana en los sistemas democráticos, cómo esas condiciones influyen en la polarización de la sociedad que comienza a construir "verdades sectarias" que conllevan la imposibilidad de acuerdos comunes. Y aquí también, encontramos un punto de contacto con Stefanoni en ¿La rebeldía se volvió de derecha? porque ninguno de los dos autores niega, sino que reafirma, el avance una extrema derecha que se vale de los canales institucionales de la democracia para aplicar políticas anti-democráticas. El punto en común se profundiza con el análisis que realiza, desde otra perspectiva, Pablo Stefanoni, sobre cómo esas nuevas derechas se convirtieron en permeables a los postulados que antes eran solo de "izquierda": pueden estar a favor del feminismo, pueden ser inclusivos y hasta pueden tener una mirada sobre las políticas sociales que incluya el cobro de impuestos; captando de esa manera la aceptación de parte de la población descreída de los tradicionales partidos políticos (una de las causas que plantea Przeworski).
En definitiva, estamos ante un proceso cuyo final esta abierto. No sabemos hacia dónde se va a conducir pero hay fuertes señales que muestran que deberíamos a comenzar a preocuparnos por la estabilidad de la democracia.