Bienvenidos a nuestra tienda!

Llevate los dos libros del ensayista José Esteban Muñoz con un descuento imperdible y 3 cuotas sin interés (solo abonando con Mercado Pago)


Utopía Queer


«Lo queer aún no ha llegado. Es una idealidad. Dicho de otro modo, aún no somos queer. Quizá jamás toquemos lo queer, pero podemos sentirlo como la cálida iluminación de un horizonte teñido de potencialidad. El futuro es el dominio de lo queer. Lo queer es un modo estructurante e inteligente de desear que nos permite ver y sentir más allá del atolladero del presente. »


Cuando el cubano José Esteban Muñoz publicó por primera vez este libro en el año 2009, la imaginación política LGTBIQ se encontraba erosionada por un pragmatismo asfixiante. Las reivindicaciones por el derecho al matrimonio igualitario, por el acceso a los beneficios impositivos de los cónyuges y por la posibilidad de adoptar y formar una familia a semejanza de la familia heterosexual expresaban un deseo dominante de inclusión en un sistema al que ya no se buscaba alterar.

Utopía queer es un manifiesto contra la cárcel del aquí y el ahora: recupera la noción de utopía de Ernst Bloch para liberarla de las garras del marketing inclusivo y ponerla a trabajar en favor de una política de disidencias sexogenéricas. La imaginación queer que impulsa Muñoz promueve una distorsión espacial y temporal que nos permite percibir que este mundo no es suficiente, soñar placeres nuevos y mejores e insistir con la necesidad concreta de otros modos de estar en el mundo.

Podemos entrever los horizontes que nos promete lo queer en las producciones estéticas de comunidades subalternas. Como quien busca restos de purpurina en un cuerpo que atravesó la fiesta, Muñoz recorre la obra de artistas, escritores y performers como Andy Warhol, Ray Johnson, Frank O’Hara, LeRoi Jones, Samuel Delany, Elizabeth Bishop, Dynasty Handbag y Kevin Aviance, para detectar los rastros de utopía que nos puedan ayudar a escapar del presente normalizado. En esa constelación de huellas, Muñoz inventa un linaje y proyecta una cultura de las disidencias sexuales hacia un futuro más vasto y sensual que el de la reproducción heteronormativa.



El sentido de lo marrón


En Utopía queer, el primer libro del académico cubano José Esteban Muñoz traducido por Caja Negra, lo queer era un entramado de prácticas y modos de ser que permitían avizorar en resquicios del presente un futuro no normativo. En este trabajo póstumo, que el autor se encontraba escribiendo al momento de su temprana muerte, estas indagaciones se entrelazan con otra de sus preocupaciones centrales: las vidas de las minorías racializadas. Lo que le interesa a Muñoz en particular es cómo la experiencia de vulnerabilidad que comparten las personas que viven bajo el signo de la latinidad favorece la superación de los estrictos confines de la política identitaria dando lugar a otras lógicas de identificación basadas en una pertenencia afectiva. Lo que caracteriza a lo marrón no es una determinación étnica o racial, sino un sentido común del daño: la incapacidad de sentirse representado en una narrativa blanca del mundo y al mismo tiempo la capacidad de producir estrategias colectivas de resistencia y rechazo frente al despliegue de regímenes de violencia.

A diferencia de la utopía queer, que se manifiesta como aquello que todavía no está aquí, la marronidad ya está desde siempre entre nosotros. Prestarle atención implica entrar en sintonía con ese suelo vasto y vital que comparten las existencias precarias, incluso las no-humanas. El sentido de lo marrón se compone de lo orgánico y de lo inorgánico: sentimientos, sonidos, animales, vecindarios, comunidades de inmigrantes y sustratos minerales. Lo que hace que sean marrones es la manera en que sufren y luchan juntas, pero también su habilidad para prosperar bajo presión y coacción. Son marrones porque han sido devaluadas por el mundo exterior a su comunidad, y lo son, además, en la medida en que irradian vitalidad y persistencia. Muñoz nos invita así a ir más allá de cualquier noción de etnicidad como una condición fija (lo que alguien o algo es) y entenderla, al contrario, en términos performativos (lo que alguien o algo hace). Nos encontramos aquí con otro de los ejes centrales de su obra: la performance. En un mundo organizado por los mandatos culturales del sentir blanco, la producción de artistas como Tania Bruguera, Ana Mendieta o Nao Bustamante nos conecta con ese sentir distinto que, ante la herida común, busca otras formas de pensar e imaginar.

Combo Utopia Queer y El sentido de lo marrón, José Esteban Muñoz, Caja Negra

$11.400,00 $9.690,00 15% OFF

3 cuotas sin interés de $3.230,00

10% de descuento pagando con efectivo

Ver formas de pago

Calculá el costo de envío

Llevate los dos libros del ensayista José Esteban Muñoz con un descuento imperdible y 3 cuotas sin interés (solo abonando con Mercado Pago)


Utopía Queer


«Lo queer aún no ha llegado. Es una idealidad. Dicho de otro modo, aún no somos queer. Quizá jamás toquemos lo queer, pero podemos sentirlo como la cálida iluminación de un horizonte teñido de potencialidad. El futuro es el dominio de lo queer. Lo queer es un modo estructurante e inteligente de desear que nos permite ver y sentir más allá del atolladero del presente. »


Cuando el cubano José Esteban Muñoz publicó por primera vez este libro en el año 2009, la imaginación política LGTBIQ se encontraba erosionada por un pragmatismo asfixiante. Las reivindicaciones por el derecho al matrimonio igualitario, por el acceso a los beneficios impositivos de los cónyuges y por la posibilidad de adoptar y formar una familia a semejanza de la familia heterosexual expresaban un deseo dominante de inclusión en un sistema al que ya no se buscaba alterar.

Utopía queer es un manifiesto contra la cárcel del aquí y el ahora: recupera la noción de utopía de Ernst Bloch para liberarla de las garras del marketing inclusivo y ponerla a trabajar en favor de una política de disidencias sexogenéricas. La imaginación queer que impulsa Muñoz promueve una distorsión espacial y temporal que nos permite percibir que este mundo no es suficiente, soñar placeres nuevos y mejores e insistir con la necesidad concreta de otros modos de estar en el mundo.

Podemos entrever los horizontes que nos promete lo queer en las producciones estéticas de comunidades subalternas. Como quien busca restos de purpurina en un cuerpo que atravesó la fiesta, Muñoz recorre la obra de artistas, escritores y performers como Andy Warhol, Ray Johnson, Frank O’Hara, LeRoi Jones, Samuel Delany, Elizabeth Bishop, Dynasty Handbag y Kevin Aviance, para detectar los rastros de utopía que nos puedan ayudar a escapar del presente normalizado. En esa constelación de huellas, Muñoz inventa un linaje y proyecta una cultura de las disidencias sexuales hacia un futuro más vasto y sensual que el de la reproducción heteronormativa.



El sentido de lo marrón


En Utopía queer, el primer libro del académico cubano José Esteban Muñoz traducido por Caja Negra, lo queer era un entramado de prácticas y modos de ser que permitían avizorar en resquicios del presente un futuro no normativo. En este trabajo póstumo, que el autor se encontraba escribiendo al momento de su temprana muerte, estas indagaciones se entrelazan con otra de sus preocupaciones centrales: las vidas de las minorías racializadas. Lo que le interesa a Muñoz en particular es cómo la experiencia de vulnerabilidad que comparten las personas que viven bajo el signo de la latinidad favorece la superación de los estrictos confines de la política identitaria dando lugar a otras lógicas de identificación basadas en una pertenencia afectiva. Lo que caracteriza a lo marrón no es una determinación étnica o racial, sino un sentido común del daño: la incapacidad de sentirse representado en una narrativa blanca del mundo y al mismo tiempo la capacidad de producir estrategias colectivas de resistencia y rechazo frente al despliegue de regímenes de violencia.

A diferencia de la utopía queer, que se manifiesta como aquello que todavía no está aquí, la marronidad ya está desde siempre entre nosotros. Prestarle atención implica entrar en sintonía con ese suelo vasto y vital que comparten las existencias precarias, incluso las no-humanas. El sentido de lo marrón se compone de lo orgánico y de lo inorgánico: sentimientos, sonidos, animales, vecindarios, comunidades de inmigrantes y sustratos minerales. Lo que hace que sean marrones es la manera en que sufren y luchan juntas, pero también su habilidad para prosperar bajo presión y coacción. Son marrones porque han sido devaluadas por el mundo exterior a su comunidad, y lo son, además, en la medida en que irradian vitalidad y persistencia. Muñoz nos invita así a ir más allá de cualquier noción de etnicidad como una condición fija (lo que alguien o algo es) y entenderla, al contrario, en términos performativos (lo que alguien o algo hace). Nos encontramos aquí con otro de los ejes centrales de su obra: la performance. En un mundo organizado por los mandatos culturales del sentir blanco, la producción de artistas como Tania Bruguera, Ana Mendieta o Nao Bustamante nos conecta con ese sentir distinto que, ante la herida común, busca otras formas de pensar e imaginar.

Mi carrito